Dentro de la tradición budista tibetana existen ocho símbolos conocidos como los símbolos auspiciosos, cada uno representa un aspecto o característica del Buda.
Estos símbolos frecuentemente son pintados en el suelo para dar la bienvenida a los visitantes religiosos, se cree que propician y protegen el entorno para las ceremonias.
Uno de estos símbolos es el nudo infinito, también conocido como srivatsa, representa el conocimiento del Buda, que es ilimitado y permanente, así como el nudo, no tiene principio ni fin.
El nudo infinito también es el símbolo del cambio incesante de las manifestaciones, las líneas entrelazadas denotan la interconexión de los fenómenos en un ciclo cerrado de causa y efecto. Dada esta representación el nudo infinito suele ser regalado (en colgantes, pendientes, tarjetas) con el propósito de establecer una conexión favorable entre quien lo regala y quien lo recibe.
Por último, también representa la unión de la sabiduría y el método, de la energía femenina y masculina, expresando el amor infinito, la vida infinita y la realización de la unión.
Referencias
- Del Águila, M. (2011). Los ocho símbolos auspiciosos tibetanos. Son de Paz. Recuperado de http://www.sondepaz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=58&Itemid=102
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