miércoles, 20 de marzo de 2013

Cristianismo: El Bautismo

bautismoEl nombre de este rito viene del griego baptizein, que significa sumergir y simboliza el lavado del pecado original. Aunque este rito es común para las doctrinas cristianas, me enfocaré en la práctica específica de la iglesia católica. El bautismo es el primero de los sacramentos instituidos por Jesucristo, mediante esta ceremonia el creyente, nacido con el pecado original y por lo tanto separado de Dios, se inicia en la vida cristiana. Por el bautismo Dios da el don de ser hijos de Él y a partir de ese momento la santísima trinidad habita en el bautizado.

El sujeto de este sacramento es toda persona que no haya sido bautizada; ordinariamente el ministro puede ser un obispo, sacerdote o diácono, sin embargo si se trata de un caso especial cualquier persona puede llevar a cabo el bautismo. La materia que se utiliza es el agua, mientras que la forma incluye las palabras del ministro "Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" al tiempo que se vierte agua o sumerge a la persona.

En sus orígenes el bautismo requería el catecumenado, es decir, un periodo de prueba e instrucción en el que la persona se preparaba para la vida cristiana, lo cual implicaba que sólo los adultos podían recibir el sacramento. En la actualidad, sin embargo, la Iglesia católica considera que es una obligación de los padres bautizar a sus hijos lo antes posible después de su nacimiento.

Me queda clara la importancia de esta práctica para los católicos, porque finalmente representa el inicio de la vida en comunión con Dios. Para ellos es el primer paso en el camino de la salvación y por lo tanto imprescindible para la vida cristiana.

En nuestro país esta práctica sigue siendo muy común, muchos de nosotros hemos sido bautizados y hemos asistido a más de un bautizo. Sin embargo considero que en muchas ocasiones las familias deciden bautizar a sus niños, no necesariamente por lo que representa dentro del credo católico, sino porque se ha convertido en una tradición en nuestra sociedad. Esto se refleja en el hecho de que muchas familias, a pesar de no ser practicantes, siguen llevando a cabo esta práctica.

Por último hablaré un poco de mí. Nacida en el seno de una familia católica fui bautizada a los pocos meses de nacida y educada durante muchos años en la fe católica. No obstante en la actualidad no me considero creyente, asisto a las ceremonias a las que soy invitada pero para mí no tienen ningún significado más allá que la preservación de una tradición cultural.

 

Referencias

No hay comentarios:

Publicar un comentario